Tengo algunos conos de lana gruesa, y otros de algo más fina que en su momento compré para hacer alfombras y tapices. Hace tiempo que no hago ni una cosa ni la otra, y pensé qué utilidad podría dar a esa lana tan estupenda..., pues se me ocurrió tejer algo a lo grande, en redondo y con cinco agujas, una especie de saco, luego ya vería que hacía con lo que saliera.
Aquí tenéis lo que salió, un práctico y divertido puf, que relleno con alguna almohada vieja que tenía por casa, me sirve de asiento auxiliar, o para poner confortablemente los pies encima de él.
Así queda por arriba.
Así por debajo
Aquí el antes y el después...
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